6/08/2017

Mansión a la vera de un acantilado.

Hace no muchas semanas conseguí al fin localizar y poder visitar una casona en ruinas que ya había marcado como objetivo hacía algo más de un año. Sólo había visto unas pocas fotos de su interior, por lo que no sabía cómo era por fuera, ni cómo se podía llegar.





Esta casona encierra varias leyendas populares. Una de ellas relata que hay una fortuna escondida dentro de las paredes, que en su día guardó uno de los señores que vivió allí. Otra de ellas habla sobre el sótano, en el que se localizan una especie de nichos en los que al parecer se ponían en práctica numerosos rituales.
Independientemente de estas dos, la leyenda más conocida y que más repercute en la historia de esta casona habla sobre una joven a la que no le dejaron casarse con su amor. Por ello, se cuenta que en la noche de San Juan se precipitó desde su ventana hacia el mar (personalmente esta historia no me cuadra porque la distancia desde las ventanas de la casa hacia el mar es demasiado grande como para llegar tan siquiera a acercarse a él. No obstante la parte del acantilado desde la que dicen que se tiró sí que le da algo más de lógica a la historia, al tener agua debajo, obviamente).


A día de hoy, el suicidio de esta joven repercute en la casa, ya que se dice que en cada noche de San Juan puede ser vista en forma de sombra saliendo de la casa y dirigiéndose al acantilado mientras se oyen sus llantos y gritos.



Hace unos años intentó reformarse para ser convertida en un restaurante, pero el proyecto fracasó y de nuevo quedó abandonada. De esto hace aproximadamente 5 años.

Fuente en el jardín.



Actualmente se encuentra en un estado pésimo, ya que es una mansión cuyos suelos, escaleras y algunos techos son de madera y piedra (además de materiales más resistentes presentes en paredes y en el sótano como ladrillo y cemento). Esto ha llevado como consecuencia que la mayoría de la edificación se haya venido abajo por el paso de los años, y además de manera muy visible en cuanto uno se adentra un poco entre las habitaciones de esta.




Nada más entramos hay un pasillo que atraviesa toda la edificación, conectando una casa con la otra. En el tramo que está 'en el aire' está en perfectas condiciones, pero hay unos metros (por decirlo de algún modo sin que sea muy enrevesado) en los que al meterse en la segunda casa, directamente hay ausencia del suelo. Para pasar hay que caminar sobre una viga cubierta con una alfombra.


Las vistas que tiene son bastante decentes.


En cuanto a las vistas hacia el otro lado... Bueno, aquí tenemos un bonito patio para hacer light painting.

Una foto de la entrada vista desde la mitad del pasillo, en la zona que hace de puente.


Y la vista que faltaba: una visión del puente desde fuera.



Comenzando con la entrada, en la primera puerta a la izquierda se encuentra esta habitación:

Lo que más me gustó de esta sala son los halos de luz que entran por los restos del tejado.




Aunque una de las últimas veces que fui la luz del atardecer me gustó mucho más que esos halos.



Las vistas de gran parte de la casa son directas a la mar.

De vuelta al pasillo, en la puerta de la derecha hay otra serie de accesos a otras habitaciones, entre los que se incluyen unas escaleras rotas al sótano y otras a punto de convertirse en un puñado de tablas rotas y astillas que dan al desván.


Las escaleras del sótano. No obstante se puede acceder por la parte trasera de la casa.




Al final del pasillo está una supuesta cocina.



Y dentro de la cocina los restos de una despensa.

Otra de las salas que hay en la parte derecha de esta casa es esta. Tampoco tenía mucho que retratar, pero me llamó la atención el hecho de que conservase el papel de la pared, aunque por otro lado puede pertenecer perfectamente al que se puso al comenzar a reformarla, basándome en el diseño.

Las escalerillas hacia el desván que comentaba antes:

Y el desván, la zona con más luz (y más curvas en el suelo) de la casa:


Las fotos fueron sacadas desde la parte alta de las escaleras, obviamente no iba a desplazarme por un suelo en tales condiciones. A pesar de ello, podemos comprobar que el techo es bastante nuevo.


Una cosa bastante graciosa de esta visita fue que el tragaluz de la anterior foto me recordó a la casa de una amistad. Casualmente aquella que había dicho que algunas habitaciones de Villa Excélsior.

Esta vez las paredes también conservan el papel de la pared, a pesar de que muchas veces los desvanes son las zonas más expuestas de las casas, y por tanto las que antes se deterioran.


Ahora voy a pasar a la siguiente casa, cruzando el puente.
Había incluido un vídeo de una historia de Instagram (por eso tiene bastante mala calidad) del momento de cruzar la parte más dañada, pero aún así estable del puente.
Iba bastante menos arrimada al borde de lo que parece en el vídeo, aunque tampoco había mucho margen para apartarse de este. Finalmente lo tuve que eliminar porque no se veía ni desde móviles ni desde ordenadores


Al final del puente nos encontramos con esta habitación, sin cruzar por ningún otro pasillo.

                            


Esta habitación también conserva el papel de la pared. Esta segunda casa, a pesar de estar igual de pintada se encuentra en (ligeramente) mejores condiciones en cuanto al tema de la conservación papel de las paredes y del suelo, en las partes que sigue habiendo suelo, claro.



De hecho, si nos fijamos en el final del pasillo, vemos una ventana. Esta ventana es la que aparece en la foto anterior.



En esta casa hice un pequeño reportaje, ya que las zonas de paso estaban bastante limitadas por el hecho de que (como hemos podido y podréis comprobar ahora), la mitad del suelo estaba derruido o a punto de romperse. Cada paso era un agobio y una tensión aterradora. 





Aún conserva los azulejos casi intactos de la pared.





Tengo sospechas de que este techo es nuevo, porque está hecho de yeso, sujeto con metales.

Los restos de lo que parece el decorado de una lámpara.




Por la parte trasera de la casa (Mirando desde la carretera la parte derecha del fondo) Encontramos una entrada a la casa sellada. A la izquierda podemos ver una puertecilla; bien, esta entrada es la que da al sótano que había mencionado antes.





La máxima luz que entraba (sin contar la puerta) era esta cantidad. Bastante escasa, aunque suficiente para ver con dificultad en un día soleado.

La sala de calderas y su 'estupenda' visibilidad. Por ello recurrí a hacer fotos con flash en esta parte de la casa,



Esto ya es de otra parte del sótano.

Cuenta con unas pequeñas salas, alargadas y estrechas, que cuentan con unos estantes bastante extraños. Algunas personas dicen que son nichos. Otras que son estantes de una simple despensa, y otras que se utilizan para llevar a cabo todo tipo de rituales.

Voy a explicar desde mi punto de vista el por qué de cada teoría:


Obviamente se asemejan a los nichos de un cementerio. Tanto por la forma que tiene cada hueco, por cómo están dispuestos o por el simple hecho de que se encuentran en el sótano, y claro, 'en los sótanos tiene que estar todo el salseo'.

La segunda opción es la de que en su día fueran una posible despensa. Se puede llegar hasta esta conclusión porque si nos fijamos en la esquina superior derecha de la foto, nos encontramos con una puertecilla de madera. Se puede intuir que estas puertas estaban presentes en varios de los estantes, y que podrían ser usados para almacenar cualquier tipo de cosa.

Y bueno, la tercera y última opción va ligada a la primera. Obviamente en la mayoría de los sótanos de las casas es donde surgen la mayoría de historias y leyendas que la gente cuenta sobre casas o edificios abandonados (Véase el Cuartel de Aboño, uno de mis primeros posts).





Ahora pasamos a la parte delantera de la casa, que es la que se ve desde la carretera. Fue a la última zona que fuimos porque es la que está más a la vista. Y como he ido mostrando las fotos según el recorrido que hice las veces que fui, que ha sido el mismo todas las veces, esta era la última parte por ver.

Plano lateral de la fachada delantera.





Esta era una sala vacía sin más.


Los restos de algunas ventanas. A mi vista es la parte más bonita de la casa (sin contar las vistas, obviamente)
Realmente tampoco tengo muchas más fotos de esta parte. Saqué unas pocas fotos a las habitaciones que más me llamaron la atención y poco más.
Una de estas partes fue una de las entradas, forrada de madera:



El techo también estaba compuesto por cenefas de madera. Y la verdad es que se conservaba sorprendentemente bien.



Cruzando esta habitación nos encontramos con lo que parecía ser un cuarto de baño con una bañera.


Pero si miramos hacia arriba...


Tenemos otro cuarto de baño. La primera vez que lo vi en parte me asusté.



Otra de las habitaciones de esta zona me llamó la atención porque se basaba en puertas anchas con un marco semicircular, similar al de mi casa (solo que en mi casa los arcos son más estrechos y no actúan como puertas, si no como parte del pasillo).


Y dado por (casi) finalizado este reportaje nos despedimos de esta mansión con esta vista:
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Ya de paso quiero incluir un par de fotos de una de las veces que fui, que pillamos justamente el atardecer.