4/18/2018

Mina de Mercurio - Pozo Esperanza

Desde el último post publicado he tenido unos meses para seguir yendo de urbex por sitios nuevos, aunque con el ritmo de publicar posts tan lento que llevo el siguiente tiene fecha indefinida de momento.
Por ahora comienzo el post con una foto de la parte industrial del lugar de hoy: una mina de mercurio cuya actividad va desde finales del S. XIX hasta el año 1973.


Esta vez se trata de uno de los muchos pozos situados en la zona de la Cuenca asturiana, siendo una importante instalación de extracción de mercurio en Asturias, a diferencia de la mayoría del resto de pozos, que se centraban en la extracción de carbón.
Este pozo recibe el nombre de Pozo Esperanza, aunque es también conocido por el seudónimo El Tarronal. En cierto modo es curioso el nombre que recibe, ya que la tasa de mortalidad es mucho más elevada que en las minas de carbón (De los aproximadamente 800 trabajadores con los que el pozo contaba, a día de hoy sólo quedan 5 con vida).




Esta explotación minera fue adquirida en 1844 por la Sociedad de La Fraternidad, y dos años después pasó a pertenecer a la Sociedad El Porvenir. En 1913 fue transferida a Policarpo Herrero, tras haber pasado a ser propiedad de The Oviedo Mercury Mines
The Oviedo Mercury Mines se adueña de la explotación minera y es transferida a Policarpo Herrero en 1913.

En el año 1940 esta industria inició su actividad, y en las décadas posteriores fue una de las principales plataformas de extracción de mercurio de Asturias.
Siete años después la compañía Astur-Belga de Minas (creada ese mismo año), se dedicó a sacar el máximo partido del Pozo Esperanza y La Unión (otro pozo situado cerca del Pozo Esperanza) hasta su cierre definitivo.

Sobre el año 1952, ambos pozos estaban unidos a través de varias galerías subterráneas, y en 1959 se instaló el castillete con el que el Pozo Esperanza sigue contando a día de hoy (15,5 metros de altura hasta el eje de poleas). El pozo sobre el que se construyó el castillete cuenta con una sección hormigonada de 3,25 metros de diámetro y una profundidad de 190 metros (3 plantas).



Junto al pozo se instaló una planta de destilación para la obtención de mercurio. Su primer horno empezó a funcionar en 1960, y el segundo horno fue implantado en 1966, al mismo tiempo que las vías de extracción y trituración se modernizaron.



Planta de destilación

A lo largo del funcionamiento del pozo, llegó a haber más de ochocientos mineros trabajando (principalmente entre la etapa de los años 40 y 60), de los que a día de hoy han sobrevivido cinco. La mayoría de ellos murieron con menos de 50 años, afectados por las secuelas que ocasionó trabajar con el mercurio. Los mineros fueron atraídos a trabajar en este pozo debido a los sueldos superiores en comparación con las minas de carbón. A pesar de estos salarios, trabajar en El Tarronal suponía una tasa de mortalidad muy elevada, ya que la minería de mercurio es una de las extracciones más perjudiciales para la salud humana.
En otros países (Japón, Estados Unidos y Canadá) se había prohibido la explotación de mercurio, pero España llegó a ser uno de los países más importantes en cuanto a este negocio.

En el año 1973 El Tarronal cierra sus puertas. A pesar del cierre del pozo, no se han logrado encerrar sus riesgos.


Una vez contada la historia de este sitio, procedo a aportar mi visión personal de las veces que he estado aquí (creo que fueron 3, porque en las dos anteriores visitas no me dieron las horas de luz para hacer un reportaje completo).

Esta es la calle principal. Al fondo a la derecha podemos distinguir el castillete, al cual se puede subir por unas escaleras, o bien se puede acceder desde la carretera que pasa al lado del pozo. De todas maneras el estado del metal es cuanto menos decadente. La plataforma donde está situada la jaula está mayoritariamente oxidada, y la escaleras por las que se accede, en la parte superior se tambalean. 
Fuera del tema del castillete, el edificio que hay en primer plano a la derecha cuenta con varias entradas: una por la parte de atrás que descubrí en la última visita (desgraciadamente ya estaba cayendo la noche, así que no pude hacer fotos que quedasen con una calidad decente tal como para subirlas a esta página); otra de las entradas está en la planta inferior, y la tercera entrada tiene acceso por unas escaleras que parten directamente desde la entrada y dan al piso superior.

La primera entrada que mencioné era esta. A la derecha (no se ve en la imagen) Hay un pequeño techo y lo que parece ser una cocina a primera vista al aire libre. Al fondo hay una caseta a la que apenas se puede entrar por la humedad, las zarzas y el pésimo estado del tejado.

Las fotos que muestro a continuación pertenecen a la segunda entrada que mencioné. Son dos puertas situadas a los laterales de las entradas que dan al piso superior.
No presté demasiada atención a esta planta, o al menos no tanta como se merece. 




De esta planta me llamó especialmente la atención la gran cantidad de botes de plástico vacíos que había por todo el suelo. Cuando digo cantidad en este caso me estoy refiriendo a que había una habitación cuyo suelo estaba cubierto de botes de gel. La teoría que he sacado de ahí es la de que era el jabón administrado a los todos trabajadores de la mina por parte de la empresa, por eso tal cantidad de botes.

La planta superior cuenta con varias habitaciones, entre ellas una cocina, visible desde la entrada. A parte de esa cocina hay muchas habitaciones que cuentan con estantes y armarios llenos de revistas sobre la industria y la minería, mayoritariamente escritas en inglés.

La entrada al piso de arriba cuenta con otras dos puertas, situadas en la parte central de la fachada.

La primera vez que fui me llamó la atención esta iluminación, ya que la cocina recibía luz directa del Sol. Además la perspectiva desde el lateral de las escaleras me llamó bastante la atención.

Al final del pasillo podemos ver la cocina que mencioné antes. A los laterales nos encontramos con otras habitaciones, que aún conservan algunos muebles a pesar de que las paredes estén pintadas por completo.


Al final del pasillo, llegamos a esta cocina. El balance de blancos está cambiado, porque las fotos originales eran casi por completo amarillas.


Detalle del fregadero.







Esta foto me llamó la atención. La luz se filtraba por las grietas de los botes y daba un efecto bastante curioso.

Estas instalaciones parecía que han recibido numerosas 'visitas'. En cambio quedan muchas cosas desperdigadas por las habitaciones. Sobre todo revistas en inglés acerca de la minería, papeles de recibos y cosas por el estilo.

En cambio, a pesar de que en algunas habitaciones había muchas cosas intactas, en otras habitaciones quedaban dos estanterías y un armario como mucho.





Metiéndonos por todas las puertas de los edificios de la parte del fondo había muchas habitaciones con mobiliario diferente. Al principio pensé que sería un almacén o algo por el estilo pero parece que no, al menos no todas las salas.
En la primera habitación nos encontramos con una mesa y un par de bancos. En verdad creo que es una de las habitaciones que más me gustaron de todo el recinto.



A primera vista esta habitación me recordó a una cuadra, probablemente por los lavabos del medio y porque el suelo estaba lleno de paja.

Esta es otra habitación que cuando cerró el pozo sí se usó para meter gran parte de los muebles para que no anden desperdigados por ahí.



Tengo muchas fotos de puertas porque eran muy bonitas,como dato.

Esto es una casa pequeña, que las plantas y la humedad se habían comido casi por completo.

Esta ventana que estaba pintada me llamó la atención bastante, y al cerrarla toda la habitación se veía rosa.


Había cerca de tres casas como esta a lo largo de la fábrica.


Siguiendo este camino llegábamos a un par de casitas que estaban casi por completo caídas. No me metí mucho por ellas porque estaban hechas de madera y piedra y toda la madera estaba quemada, pero aún así al estar cubiertas de hojas hacían un escenario bastante curioso.

En mi opinión no deben de tener tanto tiempo, principalmente porque tenían algunas cosas algo modernillas, como enchufes, interruptores, lámparas colgando de lo que quedaba de techo... aunque si nos basamos en el año de cierre de la fábrica no deben de llevar tanto tiempo abandonadas, pero la construcción me preció de un estilo muy rústico (probablemente dado por el año de apertura), y el hecho de que estuviese todo lleno de musgo y hojas pero no tuviese ninguna pintada en las paredes ni ninguna muestra de vandalismo me pareció bastante guay. 
Iba a describirlo como fantástico pero en el estado en el que están las casas no me cuadra definirlo así.



Como se puede comprobar últimamente he tenido el blog un poco abandonado, pero espero recobrar pronto la actividad porque he ido encontrando algunos sitios abandonados bastante curiosos, aunque no tengan tantas fotos como otros posts al menos para hacer una idea del sitio en vez de un reportaje completo.