Este post trata sobre un pequeño bar-restaurante bastante polivalente y con mucha historia, además de un exploración que a mi me fascinó. Construido en 1920, este sitio formaba parte de un conjunto de viviendas construidas por el dueño del mismo bar. Tenía dos viviendas adosadas y un pabellón utilizado como cine y teatro, y contaba al lado de este con multitud de negocios. Pero centrándonos en el sitio de las fotos entre los años cuarenta hasta finales de los ochenta este lugar fue una especie de bar/tienda donde la gente podía comprar una lata de conserva y comerla allí mismo. Los hijos de los dueños originales de este sitio no se pudieron hacer cargo del luegar, y en los años 60 pasó a tener otros dueños aunque siguió funcionando de la misma manera. Más adelante su posterior dueño intentó transrormar el sitio en un centro de mecánica rápida, pero por problemas con las licencias el sitio acabó siendo una sidrería con merendero. En este sitio han acudido desde obreros y agricultores de las tierras cernanas a desayunar antes de ir al trabajo hasta celebridades como algún ministro o la familia Bosé. Pero como esto no es una clase de historia y no me quiero exceder mucho con la parrafada inicial contando qué fue este sitio os dejo la comparación de la fachada cuando fui yo a la izquierda con cómo era cuando estaba en funcionamento en su día:
Obviamente el surtidor no tenía manguera porque muy raro que algo así a pie de calle esté en perfectas condidiones.Este surtidor consta como uno de los primeros surtidores de la ciudad en la que está situado y su contigua, y funcionaba a mano, a la vieja usanza.
Ahora pasamos a la parte de atrás: una zona elevada de la acera con varias mesitas de madera y una plataroma elevada. La verdad me hubiera gustado venir aquí cuando estaba abierto a tomarme unas patatas o un cacho de tarta, pero me conformaré con haber venido a merendar unas patatas de bolsa y una lata de té. Volví por el invierno a este sitio, pero la madera al estar humeda y deteriorada por el paso del tiempo estaba endeble y las ramas apenas tenían hojas, pero por el verano era una gozada porque estaba todo lleno de florecillas.
Las ventanas que apreciamos arriba son de un pequeño dormitorio del cual no tengo fotos porque además de que la luz era muy escasa la cama estaba con alguna jeringuilla y alguna cuchara que otra... No obstante parecía que llevaban ahí mucho tiempo porque también había una camiseta que estaba marrón, pero no era marrón de sucio si no marrón de haber pasado ahí mucho tiempo sin que nadie la usara.
Lamentablemente este sitio fue demolido a principios de año, durante la cuarentena, con el fin de construir en el terreno un bloque de apartamentos. No obstante me alegro de haber podido ir y hacer todas estas fotos además en una época que hay tanta luz con días tan largos y con los el jardín lleno de flores y hojas. Abajo la foto de la noticia del periódico El Comercio.