4/07/2016

Casa-Cuartel de Aboño- parte 2

He vuelto a Aboño, y después de varias veces al fin he conseguido unas cuantas fotos de elementos del edificio que las anteriores veces se me había olvidado fotografiar. Realmente este no es un reportaje fotográfico de la Casa-cuartel, si no un (podríamos llamarlo así) suplemento del anterior post de este lugar ( http://decayenasturias.blogspot.com.es/2015/10/bueno-como-todo-gijones-explorador-debe.html ).
Como de costumbre, ahí os dejo las fotos para que les echéis un vistazo:

Estas dos son de la misma ventana. Creo que es la única persiana que más o menos se mantiene de una pieza en todo el edificio.



He de decir que las anteriores veces quise fotografiar las escaleras, pero siempre acababa avanzando sin hacerles mucho caso, y me acordaba de esto una vez fuera, cuando caía la noche, o cuando ocurrían las dos cosas a la vez.

La pared de esta foto, al igual que todo el edificio está verde por completo, y cada vez de forma más visible, entre los escombros de lo que antes eran paredes están comenzando a salir pequeñas plantas, como estas:





En el otro post había comentado algo de unos cuadros. Bien, me he enterado de que los clavos alineados en estas paredes (al parecer) provienen de un rito vudú. 
(Quien los toque se lleva un 'premio')




Esto pertenece al techo del rellano de la planta superior. Aparentemente es un desván sin mucho más, y que así siga siendo para mí porque no sé cómo arreglármelas para subir.







En la pintura de esta pared se nota la manera en la que el edificio cada vez va a peor de una manera increíblemente rápida. A principios de febrero de este año el dibujo estaba prácticamente recién pintado, o esa sensación daba.






Me encanta la vista que hay desde esta habitación. Cuando lo vi me resultó muy gracioso y a su vez muy curioso.



Y esto no... sé lo que es, pero prefiero no pasar cerca de ello.

Apenas se aprecia por culpa de la pintura, o lo que queda de ella, pero se puede apreciar una hilera de clavos que ascienden desde el suelo.


Y más clavos. Y no creo que fuese porque el marco se estaba cayendo.




Por culpa de hacer estos planos detalle algún día voy a acabar haciéndome daño.








No sé que comentar de esta habitación. Simplemente habla por sí sola.



No sé qué comentar de estas fotos ya que las saqué de forma bastante aleatoria según iba recorriendo de nuevo todas las habitaciones, dispuesta a irme. Lo que más me ha alegrado de haber vuelto a este sitio fue que al salir no se hubiese hecho de noche, como me ha pasado las anteriores veces.










Y con esto ya acabo este post. Bueno, quien haya estado aquí hace no mucho conocerá esto. Es la única entrada a las plantas superiores (razón por la que la ropa que lleves a ese sitio luego tiene que ir directa a la lavadora).



Y aquí está lo que viene siendo la entrada y algo de lo que se ve desde la puerta.






Esta foto la saqué de la que volvíamos a coger en tren para volver a Gijón.
Ya he perdido la cuenta de las veces que he ido a este sitio, y puedo decir que cada vez que voy me da más reparo y respeto entrar a este sitio, porque empiezo a ver cosas que antes pasaban desapercibidas. No, no me refiero a fantasmas, ni a nada de eso. Simplemente el detalle de los clavos en la pared, o en el marco de la puerta, o cosas por el estilo. Además de que el edificio en sí parece que va a desplomarse de un momento a otro.




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